♫ We could close the curtains
Pretend like there's no world outside,
and we could pretend it all the time
Can't you see that it's just raining?
There ain't no need to go outside ♫
Nos quedamos con la letra de esta canción. Vamos a imaginar que no hay necesidad de salir a la calle y que nuestra casa es el único refugio habitable, ¿qué pasaría?
Probablemente empezaríamos a mirar las cosas de otra manera. Podríamos prescindir de un coche, pues tenemos piernas para caminar, de la televisión porque no hay cosa más maravillosa que mirar por la ventana y ver que amanece un nuevo día. De internet, los ordenadores y las tecnologías, porque tenemos oídos para escuchar historias reales, sentimientos para emocionarnos y tacto para sentir las cosas que nos rodean. La oportunidad de administrar nuestro tiempo para hacer y ser lo que queremos. Lo podemos conseguir en nuestra casa, nuestro hogar.
Leer un libro antes de dormir. Imaginarte una aventura dentro de un sueño. Despertar sensaciones ocultas, quedarte mirando al infinito mientras ves la lluvia caer. Acordarte de lo que fue o pudo pasar. Preguntarte porqué la autora de este libro escribe tu vida sin preguntarte, que indignación, de hecho se te ha pasado por la cabeza pedir los derechos de autor.
Volver a ser una niña, transformar una almohada en una espada y morir de risa en el ataque. Notar el calor del hogar, corretear por los pasillos en busca de un laberinto y perderte en la oscuridad debajo de la cama. Pero, ¿Eso existe? Queda tan precioso el momento en una instantánea o en esa película de amor dónde juegan y coquetean como dos tortolitos, mientras que tu lo intentas en tu casa con tu novio y probablemente acabes con la nariz llena de sangre, un rodillazo en la cara y por si fuera poco, tirada en el suelo porque la supuesta almohada "extra blandita" es más dura que una piedra y de un golpe te ha dejado fuera de combate.
Volver a ver una vez más películas que has podido ver unas 200 veces y casi te sabes el diálogo, pero son de las que no cansan y alegran una hora de las tardes de invierno. Y pensar que "Mean girls" (Chicas malas) te parecía el bombazo taquillero de la época. Lástima que la chica mala de Lindsay Lohan se tomara muy en serio su papel y acabara siendo una de ellas en la vida real...
Levantarse cual Carrie Bradshaw y pedir que te traigan el desayuno a la cama. Es de las cosas que siempre he querido hacer todos los días de mi vida, pero siempre una voz desde abajo grita mi nombre para que baje a tomarme el zumo. ¿Por qué no pueden hacerme ese favor? No pido nada, sólo unas tostadas con mermelada, zumo recien hecho, croissants, café con leche y una rosa roja metida en un vaso. ¿¿¿Es tanto pedir???
Personalmente, no creo que tomar el café en el suelo como Pipi calzaslargas sea algo placentero, pero aquí estamos hablando de lo que uno hace y deja de hacer en su casa, y una de las cosas es hacer lo que te de la gana. Como si quieres jugar al fútbol en el salón o saltar en la cama. Los anuncios publicitarios de Ikea nos hace caer en la tentación, con eso de "bienvenido a la república independiente de tu casa", una se lo toma al pie de la letra y crea su propia rebelión ahí dentro.
Contemplar en silencio las mañanas… hasta que el vecino se pone con el martillo y el de enfrente otra vez se ha dejado el coche mal aparcado y unos pitos desde afuera asusta hasta el último pájaro del árbol que se supone que estaba silbando para ti, como si fueras Blancanieves perdida en el bosque. Es el día a día de cualquier hogar, por un minuto de paz que encontramos es como si hubiéramos besado la gloria.
Olvidar las preocupaciones y dormir hasta tarde. Miras la alarma y ves que no ha sonado, te preguntas porque te habrás levantado tan pronto si no hay necesidad. Mejor cerrar los ojos y seguir con ese sueño dónde eres una chica rica en un castillo y con un principe…. "ring, ring" Despierta, es todo mentira, sigues siendo una chica normal, tu casa apenas tiene un tabique para dividir la cocina con el salón y el supuesto príncipe está con otra, apunto de casarse y vivir felices y comer perdices. Mereció la pena intentarlo, por lo menos dos horitas más de revolcón en la cama te has tirado. Si todas las preocupaciones fueran esas… Disney hubiera acabado como el Lehman Brothers.
"¿Qué juan tiene novia? Que fuerte… Es la noticia más normal que te pueden dar a lo largo del día pero estando en casa aburrida y sin nada que haber, es como si te hubieran dicho que significa exactamente el Código Da Vinci.
Apreciar el lado positivo de las cosas. Deseamos que no llueva "por la virgen de la cueva" y todas esas canciones que honoraban al que estuviera arriba para abrir el grifo. "Hoy no que me he alisado el pelo, por favor" y de la nada, cae un chaparrón con "azúcar y turrón". Bien, bien, muy bien. ¿Dónde estaba el lado positivo? Pregunto.
Nos pasan cosas muy curiosas en casa y lo agradable es que sólo nos pueden pasar en ese lugar. Cuándo no tienes otro sitio dónde ir ¿dónde vas? A casa. Deseamos abandonarlo cuándo crecemos y lo añoramos cuando somos demasiado mayores. No hace falta tener un fin de semana alocado, que también, nadie niega que un viernes por la noche una no se desmadre un poquito, pero en tu humilde morada puedes conseguir varios placeres de la vida que no encontrarás en ningún otro lugar. Por algo lo llaman hogar,dulce hogar.
"Adoro los placeres sencillos; son el último refugio de los hombres complicados"- Oscar Wilde.
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