And we'll never be royals,
It don't run in our blood.
Hey buddies! Estoy algo nerviosa, porque hoy es la quedada de "antiguos alumnos". Sabéis esa sensación de pánico cuándo sabes que te vas a enfrentar a algo misterioso pero que en el fondo es una estupidez, pues así me siento. Llegar allí y tener la paranoia de que todo el mundo te observa, algo como la scopaesthesia. Luego el drama no es tan grande, en seguida una se relaja y se acuerda de esos momentos vividos en los recreos, cuándo escarbabas en la arena para hacer polvitos y jugabas al escondite con la seguridad de haber encontrado el lugar más alejado y secreto. ¡Qué tiempos aquellos! La única preocupación era no quedarte la última cuando hacían los equipos de baseball o no ser el bicho raro del curso.
Son las personas con las que has convivido gran parte de tu vida, por no decir casi toda. Los que conoces aún habiendo pasado los años, con los que tuviste las primeras salidas y las mejores borracheras en discotecas "light". Contabas tus secretos como si fueran el descubrimiento del último mapa del tesoro y pasabas las facetas más duras de la adolescencia: brackets, granos y caderas a lo Beyonce. Pero siempre a su lado, compartiendo los mismos miedos y sentimientos. Eso eran amigas, vamos, las de toda la vida. Esas que se hacen llamar hermanas de no sangre pero igual de importantes que alguien de tu familia.
En este día para guardar en la memoria fotográfica, he decidido ponerme un abrigo animal print, muy "it" de esta temporada. Me lo compré en Milán, en un viaje que hice nada más y nada menos, con los compañeros del colegio.
Es súper calentito, perfecto para este frío infernal que hace...
La pulsera es un regalo que me hizo mi hermana por graduarme (que detalle), es una pulsera de Majorica con el detalle de un niño en brillantes.
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